Para una limpieza más profunda, quitaremos los cordones (si los tiene) y con un paño de algodón húmedo que no suelte hilo, aplicaremos un poco de jabon de manos Ph Neutro del tamaño de un garbanzo. Una vez este el paño húmedo con el jabón bien distribuido, frotaremos toda la bota. Si queremos limpiar los recovecos lo podemos hacer con un cepillo de dientes húmedo con un poco del mismo jabón y con mucho cuidado.
Para quitar el jabón, utilizaremos otro paño solo con agua y escurrido.
Para finalizar, engrasaremos las botas con grasa de Caballo, haciendo hincapié en las costuras. Dejamos que absorba la piel la grasa y si ha quedado algún brillo, le pasaremos un trapo totalmente seco y que no suelte hilo.
Ponemos los cordones y botas nuevas!!!.